02 Oct NACIMIENTO
En ese día de junio
de principió sin fin
donde el enigma
de las tinieblas
era ambigüedad cohibida
y la mente atribulada
cabalgaba en las dunas
del pensamiento
con la melodía
del desconcierto.
Fue el tierno movimiento
de unas diminutas manos
que dibujaban caricias
en un rostro atribulado
y los cálidos susurros
de su voz sin palabras,
los que me sacaron
de ese baile indefinido, sin melodía,
en el que me había sumergido
arrastrado por el tiempo escondido.
Tras la máscara de lo perfecto
la melodía de su voz incompleta
capturaron mi alma de nuevo
y el latir desgastado
de un corazón abatido
por la lucha
de una traición.
En ese día de junio
anhelaba su cercanía
porque era el motor
de esta vida mía
que se agotaba
dejando un cuerpo rendido.
Pippo Bunorrotri.
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