NACIMIENTO

En ese día de junio

de principió sin fin

donde el enigma

de las tinieblas

era ambigüedad cohibida

y la mente atribulada

cabalgaba en las dunas

del pensamiento

con la melodía

del desconcierto.

 

Fue el tierno movimiento

de unas diminutas manos

que dibujaban caricias

en un rostro atribulado

y los cálidos susurros

de su voz sin palabras,

los que me sacaron

de ese baile indefinido, sin melodía,

en el que me había sumergido

arrastrado por el tiempo escondido.

 

Tras la máscara de lo perfecto

la melodía de su voz incompleta

capturaron mi alma de nuevo

y el latir desgastado

de un corazón abatido

por la lucha

de una traición.

 

En ese día de junio

anhelaba su cercanía

porque era el motor

de esta vida mía

que se agotaba

dejando un cuerpo rendido.

 

Pippo Bunorrotri.

Tags:
No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.