EL VIEJO DIARIO

Entre las vetustas hojas pajizas

de un viejo diario,

arañado por el tiempo de los instantes,

encontré esos gestos escondidos

que delatan caricias

de ternura en el requiebro

de esos instantes contados

en momentos irrepetibles

por el amor sentido,

que dibujan la armonía

de un corazón desbordado

que llena el alma.

 

Ahora que el tiempo ha pasado

dejando la memoria desnuda,

las caricias relatadas

no son más que cicatrices

de una fantasía

que ha volado

en el viento

del destino.

 

Pippo Bunorrotri

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