14 Mar ESAS MUJERES
Esas mujeres
aristócratas del estar
que su rostro dibuja
el sufrimiento dolido
de su alma rota.
Esas mujeres
cortesanas del día
que en sus ojos corre
la velada melancolía
que con destreza esconde
en el sollozo mudo
de una lagrima.
Esas mujeres
señoras del silencio
que en el inmediato
suspiro del lamento
de su alma castigada
siente la inclusión
del dolor de su pena.
Esas mujeres
dama de su clamor bizarro
que sin convicción
sonríen al mundo
que les mira de soslayo
prejuzgando el instante
de un engaño
disfrazado de la realidad
de una mentira
que juega a ser verdad.
Esas mujeres
apocadas ante el oscuro día
de carencias y miserias
que lloran con motivo
acurrucadas
en el silencio
del griterío
del mundo.
Esas mujeres
doncella, consorte y desposada,
condenadas y presas
del dolor de vivir,
que su existencia
se escurre entre las manos,
odiando el silencio
y aislamiento buscado
viviendo en la niebla
de su soledad.
Esas palabras que dicen.
Esos oídos que entienden.
Palabras y oídos
que juzgan sin saber
lo que las mujeres,
damas, doncellas y chicas
sienten.
Esas mujeres
solo tienen el deseo
de abandonar
la oscuridad
de sus días
para volver
a la vida
de su existencia.
Todas esas señoras
de las dudas
y los desconsuelos
son esas mujeres
que conocen días oscuros,
noches trémulas,
en el temblor
de las sombras
y amaneceres soleados
que se alargan
en el enigma
del miedo del alma.
Pippo Bunorrotri.
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