MAR

Háblame

mar embravecido

con el rugir del viento,

mar sereno

con el reflejo de la luna,

mar tranquilo

con el vaivén de las olas,

mar placido

en el horizonte

de la quimera del ensueño.

 

Háblame

de esa puesta de sol

que no veré

en el emborronado

de este día

que trae la noche

entre pesados celajes

y descabezados aguaceros.

 

Háblame

de ese pálido sol

que se esconde

tras el parpadeo

de esas olas tuyas

que con orgullo muestran

el desliz

de tu coraje,

la osadía

de tu presencia.

 

Háblame

desde el sosiego

de tu bizarría,

de esa vida tuya

en las profundidades

de tu abismo

que perdida grita

por una existencia

sin perdón

queriendo alivio.

 

Háblame

de la refinada arena

que se exhibe

en la quietud

de tu playa,

de esas conchas

perdidas y solas

en la arista

de tu beso,

que en mi pisar

el crepitar

de su dolor

sacude tu orilla.

 

Háblame

mar embravecido,

mar tranquilo y sereno

del horizonte de mis suspiros,

de esa espuma blanca

que mis pies descalzos

envuelve al escuchar

el rumor de tus olas

mientras escucho

mis silencios,

con la audaz brisa

del soplo del viento.

 

Pippo Bunorrotri.

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